La fundadora del festival, Glynis German, británica de nacionalidad, afincada en Mallorca desde hace 32 años y con su corazón firmemente arraigado en el pueblo de Binissalem donde vive, era desde hacía tiempo aficionada a comer té y pasteles. Imaginaros su alegría cuando descubrió un movimiento global que también disfrutaba del té y los pasteles, pero que además charlaba sobre la muerte.
Fue en 2015 cuando descubrió el Death Cafe. Todo gracias a un blog que leyó, escrito por una mujer sueca residente en Londres que había compartido el relato de su primer Death Cafe. Rápida como un rayo y directa a Google, Glynis buscó Death Cafes cerca de su casa, pero no pudo encontrar ninguno. Frustrada, llamó al fundador del Death Cafe, Jon Underwood, para preguntarle si había uno en Mallorca. Él le contestó que sí y le sugirió que organizara uno donde quisiera, fue el comienzo de una nueva etapa en su vida y de una mayor conciencia sobre la muerte.
Nueve años después del primer Death Cafe celebrado en Mallorca, Glynis ha organizado cerca de 200 encuentros. Lo ha hecho tanto en español como en inglés, tanto en línea como en persona. No sólo organizó el primer Death Cafe en Mallorca, sino que más recientemente organizó el primer Death Cafe en Jamaica, su tierra natal, cuando la visitó el año pasado.
Haber acogido a unos 1500 participantes durante los últimos 9 años ha permitido a Glynis crecer espiritual, emocional y prácticamente.
El Festival Dando Vida a la Muerte nació del movimiento de los Death Cafes en el contexto de la pandemia, y fue entonces cuando Glynis estableció valiosas conexiones con otras personas de todo el país. Algunas ya estaban organizando sus propios Death Cafes y otros se sintieron inspiradas para empezar a organizar los suyos.
El legado del difunto Jon Underwood ha tenido un impacto duradero en la vida de Glynis.
En propias palabras de Glynis: «Té, pasteles y muerte, ¡no hay nada mejor!»
Consulta nuestro calendario para encontrar un Death Cafe cerca de ti. Si quieres organizar tu propio Death Cafe pero no sabes por dónde empezar, ponte en contacto con nosotros.
Recuerda que para llamar a tu evento «death cafe», que es una marca registrada, debes respetar lo siguiente:
- La asistencia es gratuita, aunque es posible que los participantes tengan que comprar sus propios refrescos.
- No hay orden del día ni temas propuestos, hay que dejar que fluya la conversación
- Sin ponentes invitados y, por favor, tampoco proyección de pelí
¡Que lo disfrutes! Un Death Café te cambiará la vida, así que ¡Ven a uno!